Se replanteó por completo la distribución interior para optimizar los espacios y crear ambientes luminosos, cómodos y funcionales. Los trabajos se iniciaron con el derribo de la configuración existente, manteniendo únicamente la estructura principal y las fachadas originales del edificio. Se renovaron todas las instalaciones y se construyeron los nuevos espacios interiores utilizando sistemas de perfilería metálica y placas de yeso laminado. En las cocinas y baños se instalaron acabados modernos y resistentes, y en el resto de las estancias se optó por pavimento vinílico y carpintería interior a medida. Los techos se resolvieron con superficies lisas e iluminación empotrada, consiguiendo una imagen limpia y contemporánea. El resultado es un bloque de apartamentos completamente reformado, con una estética neutra y actual, pensada para ofrecer confort y funcionalidad a los usuarios temporales.
